Lágrimas que anuncian conclusiones,
manos que no dan sin recibir.
gritos que se esconden en canciones,
sillas que no son para escribir.
Caras divorciadas con la vida,
tardes navegando en un café,
ricos que descansan en la envidia
como aquel ánima que invita a ser infiel.
Naranarana...
sueños que no duermen sin su almohada,
pájaros que avisan que se van,
árboles que plantan sus miradas,
besos listos para embotellar.
Desnudar almendras con los dedos,
enjaular a un grillo sólo por llorar,
dibujar el frío de un lamento,
cosechar sonrisas para regalar.
Naranarana...