Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
me dio dos luceros que, cuando los abro,
perfecto distingo lo negro del blanco
y en el alto cielo su fondo estrellado,
y en las multitudes, la mujer que yo amo.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
me ha dado el sonido y el abecedario,
con él las palabras que pienso y declaro,
madre, amigo, hermano, y luz alumbrando,
la ruta del alma de la que yo amo.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
me dio el corazón que agita su marco,
cuando miro el fruto del cerebro humano,
cuando miro el bueno tan lejos del malo,
cuando miro el fondo de sus ojos claros.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
me ha dado la risa y me ha dado el llanto,
así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto,
el canto de ustedes que es el mismo canto,
el canto de todos que es mi propio canto.
Gracias a la vida
Gracias a la vida